Esta quincena tu alma se embriaga de sensibilidad, y eso puede ser desconcertante si estás acostumbradx a sostenerte desde la estructura. Venus en Piscis en casa 5 te saca de lo previsible y te invita a amar sin límites, a crear sin lógica, a confiar en lo que sentís incluso cuando no sabés de dónde viene.
Es un tiempo ideal para conectar con lo artístico, lo romántico, lo lúdico y lo espiritual. Las barreras se disuelven, y si te lo permitís, podés experimentar una ternura que cura traumas antiguos relacionados con la autoexigencia y la contención emocional.
Puede haber encuentros afectivos inspiradores, o momentos de enamoramiento con la vida, con un arte, una causa, o incluso una persona. Pero cuidado: este tránsito también puede generar idealizaciones que luego se derrumban. El desafío no es cerrar el corazón por miedo, sino amar sabiendo que todo cambia.
La casa 5 también habla del niño interior, y Venus en Piscis quiere que lo mires con compasión: abrazá lo que una vez se sintió inadecuado, demasiado soñador o sensible. Ahí está tu medicina.