Aries, la explosión universal

Aries es el primer signo del zodíaco y por lo tanto, su función es la de iniciar la rueda astrológica. Aries es la explosión inicial de la energía, porque todas las cosas, para que sean, necesitan de un nacimiento.

El lugar del primero tiene una carga simbólica, que se traslada a la experiencia vivencial de ser Aries, ya que cargan el lugar de los iniciadores, y por lo tanto, serán pioneros en lo que sea que emprendan como camino de vida. Todo Aries viene a este mundo a imponer su voluntad disruptiva, original y creadora, marcando su independencia e individualidad.

Es así como Aries deberá prepararse para luchar en la vida, puesto que el lugar del primogénito es codiciado por muchos y ostentado por pocos. No por nada, es un signo regido por Marte, planeta de la guerra y la acción, lo que los hace competitivos y luchadores.

Tienen mucho impulso propio, y no necesitan de nada ni nadie para ponerse en movimiento, porque saben lo que quieren y van a por ello sin dilaciones. En esto se convierten en líderes, dispuestos a tomar riesgos y encarar nuevos desafíos.

Para todo Aries, cada día oportunidad para conquistar y es por esto que difícilmente se pueden quedar quietos. Viven corriendo una carrera imaginaria consigo mismos, donde la única meta es consagrarse como campeones.

Será por eso que mucho de lo ariano se vive en forma de ansiedad. Ellos no pueden tolerar la espera ni aguantar los tiempos del resto porque internamente esto se entiende como derrota. Aries tiene que ganar, y no se dejará abatir por los desafíos que le imponga la vida.

Para un ariano, el tiempo se mueve mucho más rápido que para el resto del zodíaco. Y lo hacen con una asombrosa confianza e independencia, casi como si supieran a dónde es que van. Realmente no saben, pero poco les importa, porque el jugo de la vida se encuentra en experimentar, y siempre estarán dispuestos a encarar un nuevo proyecto en sus vidas.

No ven problemas, sólo soluciones, y avanzan sobre los obstáculos sin mayor problema. “Ataca primero, y atacarás dos veces”, es una frase que resuena mucho con el modo de ser ariano. No se permiten el estancamiento, ni verse limitados por las circunstancias. El ariano tiene un empuje que siempre lo va a sacar adelante.

El animal que representa esta energía es el carnero, cuyo símbolo característico es su poderosa cabeza corneada con la cual ataca de manera directa. Los cuernos le permiten una visión focal pero le bloquean la visión periférica, por lo que no ven lo que tienen a los costados.

De aquí viene su fama de ser egoístas: los arianos no pueden tener en cuenta a los otros, ni pierden el tiempo reflexionando antes de actuar. Porque su función es actuar de puro impulso, siguiendo la corazonada del Deseo.

Aries es frontal y brutalmente honesto, y no escatima energía al expresar su voluntad, que lo hará de una manera explosiva e imponente. Es un signo de fuego, razón por la cual son líderes naturales, exudan autoconfianza y amor propio. Se adueñan del lugar donde están y no piden permiso para tomar aquello que creen les pertenece. Es justamente por su conexión consigo mismos, que exhiben esa espontaneidad característica.

En todas sus actitudes se puede entrever un espíritu inocente e ingenuo, propio del primer signo, destinado a explorar el mundo en primera persona. Guardan una reminiscencia de un niño, y por eso son puros de corazón.

Aries es muy instintivo, al ser un signo muy conectado con su parte animal, y pueden captar lo esencial de las cosas. Que no te sorprenda que un Aries se enfrente a vos y te saque las cosas en cara. Después de todo, es un marcador de la energía, y ahí donde sienta que hay energía enclaustrada, será el primero en hacer saltar los problemas.

La función ontológica de Aries es el Ser, palabra primordial cargada de significaciones y que no es explicada bajo ningún otro término que sí misma. Es una traducción simbólica del mismo principio de ser ariano, definido sólo bajo sus propios términos. Aries tiene el potencial de manifestación para lograr todo lo que se propone.

Es como el Big Bang, la explosión universal que dio lugar a todo lo creado. Es el universo creándose a si mismo, por voluntad propia. Esto es precisamente lo que significa, un estallido automático y espontáneo de energía, donde queda grabado todo el potencial de lo que vendrá.

Por su conexión inherente al Ascendente, punto que nos habla de nuestra misión de vida, los arianos cargarán con esta misión como destino, y demostrarán un gran potencial para lograr grandes cosas.

Ellos son los elegidos, que portan el gran privilegio de imponer una nueva forma de vida en la sociedad.